martes, 22 de agosto de 2017

RUTA QUETZAL







CRECIMIENTO PERSONAL A TRAVÉS DE LOS VIAJES



                  Cuando disfrutas lo que haces, es más fácil



Tras el primer porqué de “El Jerte en Chanclas”, el segundo se encuentra en un hecho muy concreto y es la Conferencia “Crecimiento Personal a través de los viajes” de la que fui ponente en el año 2014 y en la que hablé de la Ruta Quetzal. Sin lugar a dudas una de las experiencias más importantes de mi vida.



Por ello, hoy toca recordar cómo fue, de qué hablé, y cómo me sentí.

No estaba previsto que yo formara parte de aquel ciclo de conferencias, pero ahí estaba, en Íscar (Valladolid) nerviosa y con una conferencia bajo el brazo. Sara confío en mí. En realidad siempre lo hace. Y yo se lo agradezco mucho. Quiso que formara parte de su proyecto y creo que las dos salimos airosas.






“Hubo un tiempo, más allá del tiempo, en el cual los dioses visitaban a los hombres”


¿Qué es la Ruta Quetzal?


Es un proyecto único cuya idea principal nace en una reunión entre el Rey emérito Don Juan Carlos I y Miguel de la Quadra-Salcedo, y que, en sus propias palabras “Es un programa iniciático, ilustrado y científico en el que se mezclan la CULTURA Y LA AVENTURA”.


Es declarado por la UNESCO como Programa Cultural de Interés Universal.

Creado en 1979, durante sus treinta y siete años de vida (treinta ediciones) ha conseguido convertir a más de 10.000 jóvenes de entre 15-17 años, procedentes de más de cincuenta países, en ruteros.

La última expedición tuvo lugar en el año 2016, tras el fallecimiento de Miguel de la Quadra-Salcedo. Quiero, deseo y espero que esto sea un “hasta luego” y no un “adiós”. Quiero que año tras año, pueda haber jóvenes que inicien esta aventura con nervios e incertidumbre y que la terminen sintiéndose parte de algo especial.





¿Qué recuerdo les queda a los participantes? 


Fui expedicionaria en la Ruta Quetzal 2007 y, desde luego, puedo decir que no me arrepiento ni un solo día de haber formado parte de ello. Porque, al final, no es tanto una experiencia, sino una forma de vida, un sentimiento que te une para siempre al resto de privilegiados que durante esas treinta ediciones fuimos con miedos e inseguridades y volvimos reeducados, inconformistas y agradecidos. Sin perjuicios, valientes y cambiados. Nos reinventamos  y reinventamos lo que queríamos ser. En definitiva, terminamos siendo una mejor versión de nosotros mismos.

Volvimos sabiendo que en el esfuerzo está la recompensa y que no hay imposibles.

Volvimos sintiéndonos parte de una comunidad. Habiendo hecho amigos que son familia y que, de otra forma, seguramente no hubiéramos conocido. Creando imprescindibles.

Volvimos sabiendo que, no solo quedarían los recuerdos, sino el aprendizaje, los valores, los sentimientos… Fue EL GRAN VIAJE.

Y el propio Miguel de la Quadra-Salcedo así lo ratifica, porque ante la pregunta ¿Cree que para ellos (los ruteros) hay un antes y un después de la Ruta Quetzal? Contestó que “cuando vuelven de este viaje valoran su casa y eso es muy importante. La ruta es un viaje en el que los chicos descubren quienes son, cuál es su límite. Esta experiencia viajará siempre debajo de su piel. Ellos deben conocerse a sí mismos y respetar las demás civilizaciones”


“Nos fijamos demasiado en cómo es la gente por fuera, y nos perdemos gente increíble por dentro”







Itinerario


A lo largo de cada una de las ediciones, los itinerarios y los tiempos de duración de la Ruta son diferentes. En nuestro caso, fue un viaje espectacular que durante seis semanas nos llevó a conocer México y España. Conocimos lugares maravillosos, entramos en rincones no abiertos al público y conocimos gente increíble.

Subí a las pirámides de Teotihuacán y por un instante toqué el cielo. Entré un domingo en el Museo Nacional Arqueológico de México D.F. Canté bajo la lluvia y la bandera de mexicana ondeó a nuestro ritmo.




Comí paella en la Embajada Española,  y Emilio Butragueño me habló del trabajo en equipo.

Dormí bajo las estrellas en Acapulco hasta que empezó a llover. Hice aerobic en el Pacífico y me pareció un sueño. Me persiguieron los mosquitos en Caleta de Campos, y no me alcanzaron.






Fuimos importantes durante mes y medio, y nos hizo ser dueños de nuestra vida para siempre.


“Tuvimos en mundo en una mano y la vida en una mochila”



Por tanto, la conferencia es importante en esta historia. Es parte de “El Jerte en Chanclas”. Preparándola rememoré y volví a vivir todo aquello. Supe que podrían pasar miles de cosas, pero nunca pasaría la Ruta Quetzal.





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