domingo, 28 de agosto de 2016

Cada cosa en su lugar




                                                  CADA COSA EN SU LUGAR




Fiesta Mayor de Igualada y fin de semana en Barcelona. Cuando la historia te llama, no puedes hacer otra cosa que rendirte. No serás más interesante, ni más culto, ni de repente te convertirás en el guía turístico perfecto, pero si serás más rico. Tendrás lugares que enseñar e historias que contar. Tendrás a la persona perfecta para cada sitio. Tendrás reservado el Tibidabo. Sin fecha. Porque da igual cuándo, cómo y porqué. Solo es importante el quién.


Me he cambiado de ciudad. Si, pero eso es simplificarlo demasiado.


He mirado a Valladolid de lejos y me ha gustado más. La he valorado con la distancia, y la he convertido en un refugio al que volver. No será si será mi sitio, pero lo que si sé es que siempre será EL sitio.


He mirado a Igualada de cerca y me ha gustado antes de conocerla. No había llegado aquí y ya había visto todas sus calles, sabía lo que era el REC y había llenado el cielo con sus globos aerostáticos. La Plaza de Cal Font ya me parecía inmensa y las escaleras mecánicas me llevaban a otro nivel.


He mirado y visto a Barcelona. La he mirado diferente. He mirado y encontrado. Sin buscar. He visto la historia en cada rincón. He visto el mar. He visto como “El viento se llevaba una sombra” y he pintado todo de color. La descubro cada vez un poco, y en cada paso me dejo perder más.


Sigo aprendiendo. Sin prisa pero sin pausa. Disfrutando del camino, de lo que está por venir. De la historia que está escrita, pero, sobre todo, de la que está por escribir. 


domingo, 21 de agosto de 2016

Serán tus pasos, no el camino





Esto no es el Jerte ni estoy en chanclas. Es Igualada y hasta hace un rato estaba en pijama. Soy de Valladolid y me siento vasca.

Hace cinco meses vine a vivir aquí. Cambié la comodidad de vivir en casa por vivir sola. Cambié la certeza por las dudas y encontré todas las respuestas.
Conocí a gente increíble que tan poco tiempo después ya son de mi familia y yo soy de la suya.

Esta es mi primera entrada y espero que sean muchas más.

He aprendido muchas cosas, más de las que me hubiera imaginado.

He aprendido a poner las cartas hacia arriba, y a saber que en mi mano siempre tengo el as.
He aprendido que la sangre no hace familia, que el tiempo no asegura relaciones y que, en un top 3, solo caben tres. Que, a veces, sabes exactamente que es lo que puedes esperar de la gente y que cuando dejas de intentar entenderles es cuando te entiendes un poco más a ti misma.
He aprendido que el querer tener todo controlado no es más que negarse a ser vulnerable.
He aprendido y comprendido lo que significa estar en el sitio adecuado, a que el momento tenía que ser este y que ellos tenían que estar ahí.
He aprendido a ser valiente.
He aprendido a dejar ir a los que se fueron, a irme y a echar de menos sin sufrir.
He hecho un curso acelerado y no ha podido salir mejor.


“Serán tus pasos, no el camino”


Por todo lo que he aprendido y por lo que me queda por aprender, aquí estoy, escribiendo para compartir.

Espero que os guste.
Espero tener siempre algo que contar.
Espero no dejar nunca de aprender.
Espero conservar la capacidad de sorprenderme y de sorprender.
Espero sin esperar, sin esa ansiedad que te crea el no saber que vendrá después.